La importancia de aburrirse
Del aburrimiento a la sobredosis de entretenimiento
“Estoy aburrido/a” es una frase bastante redundante en estos tiempos. Nuestra respuesta, en automático, es buscar alguna actividad para entretenerles, pero ¿Está bien que hagamos eso?
Primero es necesario saber que aburrirse es algo saludable: significa valorar el tiempo de ocio, da lugar a la creatividad, a la libre expresión y a la resolución de problemas, permitiéndoles buscar alternativas, tomar conciencia de los propios interés, elegir en que utilizar el tiempo, haciendo sus propias elecciones.
Por otro lado entender que cuando ofrecemos una catarata de alternativas, es muy probable que ello/as terminen eligiendo nada e incluso más desorientado/as que antes. La salida más fácil es la tecnología, algo que siempre entretiene, que siempre es distinta y que no pide nada a cambio, pero que en realidad, obstruye este proceso creativo.
¿Entonces? A veces precisan un pequeño empujoncito: y es ahí donde lo/as adulto/as nos ofrecemos como FACILITADORES.
¿Qué quiere decir esto? Que nos involucramos con el ambiente modificándolo, proponiendo alternativas sutiles, sin entrar específicamente en el rol de animadores/as.
Algunas ideas:
- Preparar escenarios lúdicos: ofreciendo elementos que permitan crear un juego como animales y bloques para armar una granja; muñecos , cajas y elementos de cocina para armar una casita, por ejemplo. Estos escenarios se preparan en ausencia de lo/as niño/as para facilitar el momento de juego.
- Utilizar los juguetes con otro fin: en lugar de seguir jugando con los autos a las carreras, jugar a lavarlos o esconderlos para una búsqueda de tesoro. Reinventar las reglas de los juegos de mesa, proponer un escenario distinto para el juego de todos los días,
- Dejar elementos y juguetes al alcance de los niños, para favorecer la autonomía y la creatividad.
- Sostener un orden de juegos y juguetes que permita acceder fácilmente a ellos. Alternar el orden de los juguetes para evitar que jueguen siempre a los mismos.
- Utilizar la creatividad para generar propuestas motivadoras. La motivación es el motor principal del juego y es fundamental conocer los intereses de nuestro/as niño/as.
En síntesis, buscar un equilibrio resulta ser lo más saludable para acompañar estos momentos, entre la necesidad del aburrimiento, sin anularlo/as, y evitar la sobreestimulación, por el exceso no solo de tecnología, si no de juguetes y propuestas. Se trata entonces de permitir y alternar en distintos momentos de juego, incluso en la utilización de dispositivos tecnológicos, que deberá ser menor al resto de los momentos lúdicos.
